En el gobierno de la Alianza, llegado al poder a fines del 99, se desarrolló un largo proceso de protesta obrera y popular. Como en el resto del país, el corte de ruta se había convertido en la herramienta de lucha de amplios sectores de la sociedad, en su mayoría desocupados en un contexto de crisis económica y social. En noviembre de 2000 llegaron a producirse 14 cortes en diferentes localidades provinciales. La batalla de Salta muestra con registro directo estos procesos de levantamientos en las localidades de Mosconi y Tartagal, que fueron una respuesta a la pelea por mejorar sus condiciones de vida y al repudio masivo a la represión que vivieron, donde asesinaron entre otros a dos jóvenes, Alejandro Gomez y Orlando Justiniano, muertos en manos de la policía provincial.